Letras monumentales - YOSOY

A veces el trabajo me hace salir de Galicia. Esta es la historia de la vez que me fui en furgoneta a la Ciutat de les Arts i les Ciències, y no para comer arroz del senyoret, sino para plantar una E‑ gigante delante de las letras de VALENCIA y reivindicar algo tan básico como poder leer qué m****a lleva lo que comemos.

En una industria donde lo normal es esconder los ingredientes en letra minúscula, YOSOY decidió hacer justo lo contrario: subirla hasta 9,3 mm. Un cambio que, como persona miope, agradezco fuertemente. Pero no solo yo. Según la OCU, por culpa del tamaño de las etiquetas, la mitad de la gente no sabe lo que está comiendo y el 70 % de los mayores de 60 ni siquiera puede ver lo que pone. Lo que está claro es que una etiqueta que no se puede leer es como un Sálvame Deluxe sin polígrafo: sabes que te la están colando.

Además de esta pieza, contamos con Erik Haley (@preferiria.periferia) para amplificar la acción. Un creador de contenido top top top que habla de arquitectura gigantesca y que no me cansaré de recomendar. Nos lo llevamos delante de nuestra E‑ y le dimos libertad total para hacer suya la idea. Y la cosa funcionó. Su pieza se compartió, se comentó, y sus followers se tragaron “la publi” bien a gusto. Porque cuando eliges bien a quién se lo encargas, las cosas llegan donde tienen que llegar.

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